El Twingo llegó en 1991 como la propuesta de Renault para el segmento emergente que demandaba un vehículo más pequeño que el ya de por sí contenido Clio. Se trata de un hatchback de tres puertas que ofrecía en su primera iteración un pequeño bloque de 1.3 litros y una estructura que ubicaba ambos ejes muy tirados a los extremos, así como un diseño que buscaba sacar el mayor espacio interior posible, lo que causó al final esa similitud de formas que tiene con las minivans. El Renault Twingo era bastante más espacioso en su momento que cualquiera de sus competidores, un activo de extrema importancia no solo en cuestiones de utilización diaria, sino también en esos casos de uso excepcionales como aquellos que suceden solo en pareja.