Las transmisiones CVT –muy empleadas por Nissan en sus productos- no emplean engranes como las automáticas tradicionales, sino unas bandas y “poleas” que modifican su tamaño dependiendo de si lo que se necesita es más torque o velocidad final, de ahí su nombre de Transmisiones Continuamente Variables. La teoría dice que la transmisión mantiene las revoluciones del motor en la curva donde hay más torque todo el tiempo, ahorrando combustible. Por otra parte, en la práctica, tenemos un ruido del motor constante y un arranque muy lento, que convierten esta tecnología en algo molesto. Sin embargo no todo está perdido pues recientemente Honda presentó su propio desarrollo CVT en el nuevo Accord de cuatro cilindros y realmente nos pareció muy agradable, ojalá las demás marcas aprendan de éste.