Se trata de un deportivo con apariencia de tiburón, resultado de un ejercicio de ingeniería inédito en la época, el sueño de dos hermanos apasionados por los automóviles que quisieron construir el deportivo más lujoso y confortable de la historia y que quedó truncado probablemente por un exceso de autoperfección que impidió que este fantástico automóvil se comercializase. En cuanto al nombre se nota que no se esforzaron demasiado para elegirlo, ya que no es nada inspirador para tan bello vehículo.